Está declarada como Bien de Interés Cultural.
Destacan en ella su portada mudéjar, un óleo de Bartolomé Esteban Murillo y el magnífico retablo de San Miguel, del siglo XVI, obra de Juan Rodríguez
La Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, declarada Bien de Interés Cultural, acoge en su interior un óleo de Bartolomé Esteban Murillo, en que se representa a la Virgen con el Niño y Santa Ana y que procede de la colección del Conde de Adanero.
Del primitivo edificio apenas queda más que una portada mudéjar, de doble arco apuntado, encuadrada por un alfiz.
Es iglesia de tres naves, con crucero, y torre situada junto a la cabecera.
En el interior destaca, entre otros, el magnífico retablo de San Miguel, obra de Juan Rodríguez, restaurado en 1994.
Además de la predela, consta de dos cuerpos y tres calles, con sus respectivas entrecalles donde aparecen dispuestos los padres de la Iglesia -San Agustín, San Ambrosio, San Gregorio, San Jerónimo - alternados con unos tondos dedicados a los cuatro evangelistas.
Desarrolla un programa iconográfico tomado de la Leyenda Dorada de Santiago de la Vorágine.
En el momento de la restauración se incorporaron a la calle central El llanto sobre Cristo muerto, en el cuerpo inferior, y la Crucifixión, en el superior.