Para la comarca de la Moraña, el cereal ha sido su razón de ser, el cereal ha hecho evolucionar a sus pobladores hasta nuestros días. Rendir homenaje a algo tan humilde como es un vegetal bien vale ser calificado como “Es de bien nacidos ser agradecidos”.
El Ayuntamiento de Arévalo, conocedor de esta realidad, ha buscado los medios para lograr un espacio expositivo que aunara rigor científico y carácter didáctico, abierto a todo aquel que quiera aprender o contemplar rasgos fundamentales de nuestra personalidad. Las dependencias del Arco de la Villa, hasta entonces en desuso, eran el marco ideal: Un lugar cargado de historia necesitado de una rehabilitación integral. La Casa del Cereal forma parte de un proyecto municipal más ambicioso y global que pretende la potenciación de la Plaza del Real como eje cultural de la ciudad (Centro de la Naturaleza, Oficina de Turismo, Biblioteca Emilio Romero, Salones de Actos, Salas de Exposiciones, etc.).
MUSEO DEL CEREAL
Sala 1
El color de sus paredes recuerda al del trigo en primavera. En ella se da información acerca de la botánica y los diferentes tipos de cereales. De especial interés son las muestras expuestas de trigo candeal, oriundo de la zona y en claro peligro de extinción así como ciertas variedades de cereales norteamericanas y españoles, algunos de ellos ya desaparecidos.
Para complementar la exposición, esta sala cuenta con un ordenador cuya base de datos amplia la información acerca de todo lo incluido en la casa con animaciones, sonidos, entre otros efectos audiovisuales, así como una breve guía turística de Arévalo y un callejero.
Un túnel nos conduce desde la entrada al interior del espacio expositivo. En él encontramos fotografías tomadas en la comarca en diferentes épocas del año, observándose la evolución del paisaje en función del ritmo de cultivo.
El resto de la sala desglosa la botánica de los cereales, las diferentes variedades existentes o los animales que habitan en los campos sembrados pasando por aquellos que los parasitan.
El ordenador allí instalado nos permitirá ampliar la información expuesta así como otros aspectos como es una visita virtual a los monumentos de la ciudad.
Sala 2
Siguiendo el crecimiento del vegetal, en esta sala el amarillo representa la mies en pleno verano. Este espacio esta dedicado al devenir del cereal a través de la Historia desde los tiempos prehistóricos hasta la actualidad.
Diversas reproducciones nos muestran cómo eran los primeros útiles empleados para segar (hoces), afilar las hojas (afiladoras), moler (molino manual vetón) o escardar (azadilla).
Así mismo, un maniquí femenino nos aproxima al aspecto de una mujer neolítica moliendo con su molino barquiforme.
El espacio central aparece ocupado por una maqueta donde, por medio de figuras dotadas de movimiento y sonido, se recrean los distintos pasos seguidos para el cultivo del cereal. Así mismo, en un lateral se localiza la reproducción de un molino tipo manual de uso tradicional de la comarca.
La historia del nombre está intrínsecamente ligada al cereal como uno de los pilares que permitieron la evolución. Desde que el hombre era un mero depredador en el seno de la naturaleza a la actualidad, los útiles, las técnicas y la maquinaria han experimentado un cambio fundamental. Todo en esta sala nos acerca a tal devenir, expuesto a través de maquetas, maniquíes o el propio refranero popular.
Sala 3
Dentro de este calabozo de la antigua cárcel, se realiza una aproximación a la vinculación de Arévalo con el cultivo del cereal así como a los edificios y estructuras asociadas al mismo (molinos, Paneras Reales, Alhóndiga, etc.)
Con especial énfasis se hace referencia a la importancia pasada que tuvo la llegada periódica de segadores foráneos, una emigración estacional que movilizaba a miles de personas con unas duras condiciones de trabajo.
Algunos objetos expuestos permiten un reconocimiento de útiles de medida, así como libros sobre los lugares de procedencia de los cereales de la antigua fábrica de harinas.
Después del recorrido por el pasado, se afronta con optimismo el futuro de la producción cerealista de la zona.
Su importancia continúa siendo considerable, garantizada por el emplazamiento en la localidad de una de las mayores fábricas de harinas de Europa, la Harinera Villafranquina.
En el centro de la sala se puede contemplar una maqueta escala de algunos molinos de Arévalo que todavía se conservan en el cauce del río Arevalillo y en el arroyo del Lugarejo.
Está dedicada a la estrecha relación que, a través de los siglos, ha mantenido Arévalo con el cultivo del cereal.
En la reja de madera desde la cual los reos miraban al exterior, aún se apreciaban nombres, jaculatorias e, incluso, las hendiduras que equivaldrían a cada uno de los días que pasaban allí encerrados.
Sala 4
En la celda que sé dedicó a los reos más peligrosos, se ha ambientado una panadería tradicional con su horno de leña. Acompañándolo se observan las producciones más representativas de Arévalo como los dulces y panes típicos (pan candeal, rozneques, tortas de Veedor, etc).
La proyección de diapositivas de esta sala permite conocer el grotesco devenir del que fue llamado “panadero de Madrigal”, un plebeyo, que con picaresca, se hizo pasar por rey hasta que fue descubierto y ajusticiado.
En el suelo de este calabozo aún se aprecian los nombres tallados por algunos de los presos que estuvieron allí encarcelados. Para vigilarlos, nada mejor que un ventanuco oblicuo como el existente en la pared de separación entre celdas.
La reproducción de un horno panadero con referencias a los productos tradicionales locales así como una proyección de diapositivas, nos acercan al mundo de la panadería y al de los carismáticos panaderos.
Horario visitable: sábados, domingos y festivos nacionales (durante todo el año). De 11 a 14 y de 16 a 20 horas.