Situado en El Barco de Ávila, no se sabe bien la época en la que se construyó el primer puente alzado en este lugar por los romanos, necesario para el tránsito de las calzadas. Pero es seguro que debido a tantas guerras y ataques sufridos tuvo que ser reconstruido en el siglo XII, adoptando así su actual estilo románico.
Tiene todos los caracteres de la arquitectura romana: anchas pilas de sillares almohadillados, machones, estribos y ocho arcos, todos distintos.
Siendo este pueblo un paso obligado a las calzadas, es fácil suponer que los romanos construyeran este puente inicialmente.
Debido a los muchos deterioros sufridos por causa de tantas guerras, se rehizo a comienzos del siglo XII, conservando las anchas pilas romanas y algún arco.
Por esta reforma tiene ahora un estilo románico.
Este puente es alomado, con cuesta de subida y bajada.
Tenía para su defensa una torre en el centro. Dicha torre fue destruida en el siglo XIX, así como cortado el ojo central, por las tropas francesas en su retirada. A los 10 años ya se había reconstruido el puente, pero no así la torre.
Tiene 140 metros de largo y seis de ancho y está formado por siete arcos desiguales, dos de ellos apuntados, y los otros cinco semicirculares.